Tiempo. Palabra maltratada por todos. Algunos dicen que es eso que lo cura todo. Otros que se trata de presente, pasado y futuro, que cuando se va no vuelve, que nadie lo puede manejar, que unos lo pierden y a otros les sobra, para unos hay mucho y para otros demasiado poco, que el tiempo no perdona y que todo lo olvida, que es bueno pero también es malo, que se mide por sonrisas, momentos y alegrías, que las penas no entran en el saco. Que el tiempo es sabio y todo lo dirá. Tiempo. Palabra maldita para unos, esperanzadora para otros. Que no conoce nuestras penas y no sabe curar nuestras cicatrices más profundas, que de mi pasado he aprendido, aquí en el presente sigo y el futuro ya se verá. Que si yo quiero, cierro los ojos y vuelvo a aquella vez de aquel tiempo atrás, que todo el tiempo lo podemos emplear, que tenemos que saberlo cuidar, que cuando no viene, se va. Cuando no lo necesites, piérdelo y cuando sí, aprovéchalo. Que el tiempo perdona si perdonas tú y no se olvida si no te olvidas tú. Que es malo pero también es bueno. Que los segundos, minutos y horas pasan y que las penas a duras penas deben de entrar para dar pena. Que el tiempo solo anda y que tú sabrás lo que tienes que andar. Que el tiempo es tiempo y nada más.
No hay comentarios:
Publicar un comentario